Continuamente,
en las televisiones y radios de Madrid y Barcelona pronuncian mal nombres y
apellidos valencianos: Jaume Domenech, Puig, Roig, Ausias March, Manolo
Sanchis,... En los medios españoles no se preocupan por saber cómo se
dice correctamente en idioma valenciano algunos de los nombres de nuestros
deportistas, políticos, o artistas. Esto contrasta con el gran esfuerzo que
ponen todos los medios en pronunciar correctamente la lengua de los catalanes,
incluso en hablarlo en la intimidad, como confesaba obligado José María Aznar.
Además,
nos llaman Levante, país, la Comunidà.... e incluso cambian de provincia (o
autonomía) municipios valencianos como: Xabea, Ontinyent, Alcoy, Xàtiva,
Orihuela.... incluso por defecto llaman paellera
a la paella, se inventan el vocablo "Alioli" y nos ponen
etiquetas y estereotipos negativos. Otras veces, simplemente, cuando un
deportista o científico es exitoso, se omite su origen valenciano, para
convertirse en "tenista español gana...", "unos científicos
españoles inventan...".
Casi
siempre, olvidan mencionar una de las lenguas oficiales del Estado español, el
valenciano, para hablar solo de castellano, euskera, gallego y catalán. No es
una omisión exenta de intencionalidad política. Parece que sea algo poco
importante, incluso algo exagerado protestar por algo así. Pero quizás debamos
abrir los ojos, ya que menospreciando, omitiendo y socavando el orgullo de ser
valenciano se consigue, además, que no haya cohesión en nuestra tierra para
poder exigir todos juntos, con sentimiento de pertenencia, una mejor
financiación autonómica, mejor trato fiscal, inversiones, poder político,
respeto...todo influye sobre nuestra economía.
Este
fin de semana, en el Congreso Provincial del PP en Castello, el invitado del PP
español, Rafael Hernando, se mofaba del rival político socialista "Ximo Puig" pronunciando mal el
apellido Puig a posta: “PU IG”, remarcando la G, como si eso fuera gracioso. El
hecho es lamentable, no por él, porque el pobre no debe dar para más, sino por
todos los militantes del PP de Castello, Valencia y Alicante, que estando
presentes, le rieron la gracia. ¿Cuántos militantes y votantes del PP se
llamarán Puig, Roig, o incluso Bonig...? ¿También le hace bromitas de este
tipo a la presidenta autonómica del PP valenciano?
Es
habitual que los diputados del PP (y Ciudadanos) aplaudan a sus “jefes” invitados cuando vienen a nuestra
tierra insultarnos. Son simples instrumentos de los partidos políticos con sede
en Madrid o Barcelona, para seguir instrucciones y ejecutar órdenes servilmente.
Por eso votan complacientes y justifican los Presupuestos Generales del Estado
2017 que son una auténtica agresión económica a los valencianos. Los
valencianos representamos el 10'5% del PIB, esto es el conjunto de la riqueza producida en toda España, pero recibimos solo el 4% de inversión pública.
Este tema es grave, porque además, nuestra renta per cápita está por debajo de
la media española, y por el principio de solidaridad territorial recogido en el
artículo 138 de la Constitución, deberíamos recibir inversión extra para
compensar. Curiosamente, los diputados de PP y Ciudadanos, utilizan este
argumento (el de la solidaridad) para justificar que paguemos más de la cuenta...
¡Pero si somos más pobres!
Mientras
esto ocurre, la mejora de las inversiones siempre es promesa para el futuro. En
cambio, el cobro de impuestos es siempre constante, de eso no se olvidan nunca.
El Estado es implacable en el cobro de impuestos a autónomos, empresas,
familias, al consumo, a la industria al campo...
Siento lástima y compasión por los militantes del PP valenciano. El trato, el olvido y la
manera de actuar del PP de Rajoy y la cúpula del partido en la calle Génova es una
gran losa para los populares valencianos. El maltrato del Gobierno Central de Mariano Rajoy, y el castigo a la economía valenciana, es un lastre para el PP valenciano, que sigue estancado y con una lucha de poder, que no de ideas.
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